Las dos orillas

josé Joaquín / león

Mayorías

HA vuelto la mayoría silenciosa y los encuestadores no se habían enterado. Sin embargo, la tendencia estaba clarísima: el PP ha ganado votos en casi todas las provincias españolas. Lo ocurrido nos demuestra que hacer un reparto de los escaños, con un 32,4% de indecisos, era un ejercicio de fantasía. Y además que no había tantos indecisos, sino que muchos de los que votaron al PP no querían decirlo. Se ha publicado que la corrupción no ha influido. Eso no es cierto. Si el PP no hubiera tenido casos de corrupción, habría ganado con mayoría absoluta.

Rajoy es el triunfador de las elecciones, sin ninguna duda, pero con matices. En 2011 tenía 186 escaños y un 44,63%. Ahora ha remontado, si se compara con el 20-D, y ha llegado a 137 escaños, con un 33,03%. Pero, sin los casos de corrupción, se habría acercado a los resultados de 2011. ¿Qué ha pasado? Algunos eligieron entre Guatemala o Guatepeor. A eso se le llama el voto útil. Sobre todo cuando enfrente hay una inutilidad tan evidente. Y peligrosa.

Otros dicen que no ha influido el escándalo del ministro Fernández Díaz. Es que el escándalo también lo era al revés. Habían espiado a un ministro en su despacho, hace dos años, y un diario digital (de marcada inclinación) lo publica cuatro días antes de las elecciones. Resultado: en Barcelona, Fernández Díaz ha conseguido un 2,28% más que en el 20-D, ha ganado 34.381 votos y ha adelantado a Ciudadanos… y a la Convergencia de Artur Mas y Puigdemont. En Barcelona ciudad el PP quedó tercero, tras En Comú Podem y ERC.

El gran problema es el despiste. Algunos siguen empeñados en marginar y no dejar gobernar al partido más votado por los españoles. Si hubiera terceras elecciones (que no las habrá) el PP estaría en el umbral de la mayoría absoluta, pues la ciudadanía se está hartando de que intenten gobernar los que han perdido. Entre el PP, PSOE y Ciudadanos suman 254 escaños, que dan para cambiar cosas dentro de la moderación. Entre el PP y Ciudadanos llegan a 169, que no es mayoría absoluta, pero sí permite un Gobierno en minoría.

Si Pedro Sánchez impide gobernar, se sorpassará él solo. El mayor peligro para el PSOE, tras evitar lo peor, ya no es Pablo, sino Pedro. Sus resultados no han sido para que dimitiera ayer, pero sí para que sea relevado antes de tres meses. Por el bien de los suyos. Véase lo que les ha ocurrido en Andalucía, donde el PP de Juanma Moreno y Antonio Sanz ha recuperado una gran parte del voto urbano que perdieron. El que no lo entienda es muy cortito de coco.

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