Medallas y Predilectos

La Junta no debe conceder una medalla a Antonio Burgos, sino nombrarlo Hijo Predilecto de Andalucía

Existe un clamor popular y ciudadano para que el cambio se note. También para darle otro aire a las medallas y distinciones del 28-F. Si Andalucía celebra en ese día su autonomía, que fue la reconquista democrática de la libertad, se debe notar, pero de verdad. Empezando por incluir a los que fueron castigados con un vergonzoso y partidista olvido. Por eso, varios compañeros periodistas, a los que me adhiero, están pidiendo estos días la Medalla de Andalucía para Antonio Burgos. Pero seamos justos. La Junta no debe concederle una medalla, sino nombrarlo Hijo Predilecto de Andalucía, su máxima distinción. Igual que lo nombraron Adoptivo en Cádiz, en tiempos de Teófila. Se lo merece desde hace muchos años. Y no sólo porque sea un gran periodista, un maestro de generaciones de articulistas, sino por su importancia para forjar la conciencia de Andalucía.

Siempre le pondré en el altar de mis devociones periodísticas una vela a Antonio Burgos, que fue mi maestro y contribuyó a que me reencontrara conmigo mismo. Por eso, no sabía si escribir este artículo, o que la vida siguiera igual. Como le pasa a muchas personas brillantes, Burgos ha sido víctima de la envidia y le han negado premios que obviamente merecía. ¿Y qué? El mejor premio se lo dan todos los días sus lectores. Tardaron muchos años, demasiados, en nombrarlo pregonero de la Semana Santa. Incluso quedó segundo en una votación. Aunque eso es un honor. Sin embargo, vetarlo en las medallas de Andalucía ha sido una gran putada, dicho sea con todas las letras. Y lo peor es que sabíamos que nunca se la darían. Hasta que pasó lo que pasó el 2 de diciembre de 2018.

Si aún existiera, la vieja centralita del Abc de la calle Cardenal Ilundáin estaría colapsada, como pasaba en la calle Serrano de Madrid en los tiempos de Luis María Anson. Estaría colapsada por los que piden que por fin se reconozca a Antonio. No sólo por sus Sevilla al día y sus Recuadros, que durante un tiempo se refugiaron en el exilio de Pedro Jota. Sobre todo por su implicación activa cuando era necesaria, cuando escribió Andalucía ¿tercer mundo? (que es el Ideal Andaluz contemporáneo), cuando le escribió coplas a Carlos Cano que muchos cantan sin saber que las parió Burgos, cuando inició una nueva etapa del periodismo en aquel Informaciones de Andalucía, vespertino de vida efímera, que también salía de las rotativas de Abc, el doble diario de la Guerra Civil y la Transición.

¡A ésta es! Martillo y trabajadera, ya toca... Que vuelva la verde, blanca y verde, para que se le ponga la cara colorada de vergüenza a quienes lo represaliaron.

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