Rehuir la confrontación con la empresa que maneja la barca parece medida inteligente del torero. El torero en cuestión es el preferido actualmente por Sevilla (Sevilla con alamares es como lo ha definido un querido compañero) y bueno es que no agite las aguas más de lo que ya están. No va a figurar en la fecha más lujosa de la temporada, pero sí lo hará en las dos ferias. Estamos hablando de Pablo Aguado, el torero que libra con Morante el duelo por ocupar el trono de Sevilla, ese trono que quedó vacante una tarde otoñal en una plaza de carros va ya para veinte años. Por lo que sea, el sitial aún no ha sido ocupado en firme por coletudo alguno y ahora se postula Pablo para hacerse con el corazón de Sevilla de manera definitiva. Es un dolor que ambos no se encuentren en el cartel de ese gran día en que los clarines suceden a los tambores, pero mejor que sea sin enfados.
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