DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Memoria, política e historia

Si se ilegaliza la apología del franquismo, ¿se hará lo mismo con la del leninismo o el estalinismo españoles?

Hacienda suyos los datos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la ministra de Justicia ha dicho que es "inaceptable" que España sea "el segundo país del mundo en número de desapariciones después de Camboya". Evidentemente se refiere a los 114.226 cuerpos que permanecen en fosas comunes sin ser identificados y enterrados dignamente. En que esto es una situación inaceptable estamos todos de acuerdo. Otra cosa es el uso de los datos. Según Amnistía Internacional los diez países con mayor número de desaparecidos registrados desde 1980 son Iraq (16.560), Sri Lanka (12.349), Argentina (3.446), Argelia (3.168), Guatemala (3.154), Perú (3.006), El Salvador (2.673) y Colombia (1.260). Pero esto no nos sirve porque en nuestro caso se trata de los desaparecidos mucho antes, durante la Guerra Civil y la dictadura.

Tampoco sirve el paralelismo con Camboya, cuyas matanzas se produjeron entre 1975 y 1979, por lo tanto extinguido el franquismo. Las víctimas españolas se inscriben en el marco histórico de las grandes matanzas perpetradas en Europa entre 1933 y 1953, es decir desde el genocidio ucraniano y la Gran Purga estalinista hasta las matanzas de retaguardia producidas durante la Segunda Guerra Mundial y -no se olvide- durante los años de posguerra tan desgarradoramente estudiados por Keith Lowe en Continente salvaje, Gilles MacDonogh en Después del Reich o Mark Mazower en La Europa negra. Esto no quita su horror a los crímenes franquistas, los contextualiza.

Y si nos referimos a los desaparecidos en ese período siniestro -no a los caídos en el frente, sino a los asesinados cuyos cuerpos en muchos casos no han sido encontrados- habría que recordar los seis millones de judíos asesinados por los nazis y los 1,4 millones asesinados en Rusia sin juicio o en procesos sin ninguna garantía jurídica entre 1921 y 1953, muchas de ellas desaparecidas en fosas comunes, acusadas de "actividad contrarrevolucionaria y otros crímenes contra el Estado". Esto no hace bueno a Franco ni menos necesario dar digna sepultura a sus víctimas. Pero sí contextualiza.

Siguiendo con la ministra de Justicia, que también ha dicho que estudiará la manera de ilegalizar las organizaciones que hagan apología del franquismo, habría que preguntarle si hará lo mismo con las que hagan apología del comunismo español leninista, estalinista o maoísta.

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