Inexorablemente, el fútbol de verdad se acerca. No a la velocidad deseable, pero se acerca parece ser que de forma inevitable. Y mientras tanto, rumores, especulaciones, mentiras que a fuer de repetirse parecen verdades, declaraciones altisonantes, espontáneos que se tiran a la arena sin motivo. En fin, que el fútbol ficción sigue latente en este solar pronto a verdear mediante el de verdad, con ese que esperamos ya en junio como agua de mayo.

Vayamos por partes y entremos en el apartado de mentiras repetidas. Una que se prodiga, no se sabe si desde el desconocimiento o la mala intención, es que Quique Setién fue despedido como entrenador del Betis. Ha pasado un año y no sé la de veces que se ha dicho que al cántabro lo echó la dupla Haro&Catalán, seguramente descontentos porque con él no había cumplido el Betis su objetivo habitual cada temporada de participar en la deseada Champions League.

Ya en serio y aun a riesgo de que los de siempre duden de mi forma de ser, hay que dejar bien claro que Enrique Setién Solar se fue del Betis porque le dio su real gana. Harto de que sus declaraciones se sacasen de contexto o de que se extendiese a toda la afición su colisión con un grupo que denostaba a Francis continuamente dijo ya estoy yo en mi casa, que es una forma muy digna de cambiar de tarea. Lo hizo en privado el viernes anterior al partido del Bernabeu.

Eso fue en petit comité y lo hizo urbi et orbi tras el partido con victoria brillantísima y repetida. Por cierto, la noticia cayó como una losa en el vestuario y no estaría mal dejar esa falacia del despido por mucho que su repetición le haga cobrar visos de realidad. Mientras, la pandemia parece que remite y el fútbol a cencerros tapados se acerca para disgusto de unos aficionados que sólo ven negocio en esta medida. Por lo visto sería mejor dejarlo que se pudra hasta nuevo aviso. En fin...