Editorial

El Metro de Sevilla cumple su primer año

LA puesta en marcha de la línea 1 del Metro de Sevilla, que une el Aljarafe (Mairena y San Juan) con Montequinto (Dos Hermanas) a través de la ciudad hispalense ha cumplido esta semana su primer año de actividad. El balance, en líneas generales, no puede calificarse sino de positivo: el Metro, que Sevilla ha tenido que esperar nada menos que 30 años, ha cumplido su primer año oficial de vida sin apenas incidentes y respondiendo con solvencia a la demanda ciudadana de contar con este tipo de infraestructura, vital para la modernización de cualquier urbe contemporánea. Todo lo contrario a lo que sucedió durante el proceso de construcción de la línea, que ni se terminó en plazo ni en presupuesto. Dicho esto, hay que señalar sin embargo que los datos de viajeros aportados por la empresa concesionaria que gestiona el Metro -de capital privado- reflejan que la línea 1 aún no ha alcanzado el umbral de usuarios necesarios para cubrir los mínimos de rentabilidad que en su momento se marcaron sus responsables. Hasta ahora, el Metro ha transportado a 11 millones de viajeros, tres menos de los 14 necesarios para que el aniversario fuera completamente satisfactorio. ¿A qué puede achacarse dicho desfase? Evidentemente, no a una falta de interés por parte de los sevillanos. Más bien ha ocurrido justo lo contrario: los usuarios del Metro valoran la utilidad de este medio de transporte pero son, lógicamente, críticos. En primer lugar en relación a la insuficiente frecuencia de los trenes. Y, en segundo término, en lo que se refiere al precio del trayecto cuando se viaja a más de uno de los distintos tramos en los que se ha dividido el itinerario de la línea 1. Este último aspecto es especialmente llamativo en el caso de los viajeros usuales, que exigen bonificaciones mayores. En todo caso, lo cierto es que la razón esencial del déficit de usuarios del Metropolitano sevillano no es achacable más que a sus propios gestores. Su decisión de abrir la línea sin la estación Puerta de Jerez y las paradas de Montequinto, unida al escaso servicio (en relación a la demanda potencial existente) de centros tan importantes como la Universidad Pablo de Olavide, son factores que explican que el ratio mínimo oficial no se haya alcanzado. Las expectativas, sin embargo, son buenas. Desde que abrieron estas paradas los viajeros han aumentado. Es necesario que el funcionamiento mejore y que la construcción del resto de la red integral de Metro se aborde sin mayor demora. Sevilla seguro que sabrá responder.

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