La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Mirando de reojo al día después

Parece que empieza a verse la luz tras dos meses y medio de confinamiento y crujir de dientes, abren los bares, no hay límites horarios, la calle vuelve a bullir y se nota, vaya si se nota. También empieza a notarse qué consecuencias se traerá bajo el brazo el día después, cuál será el escenario en que nos movamos y cómo quedará nuestro poder adquisitivo. Por lo pronto, los parados suman ya casi cuatro millones de personas y si les añadimos los tres millones que andan acogidos al ERTE más subvencionados de todo tipo, el panorama es tenebroso. Tanto que hasta la sombra de un corralito bancario surge como rumor de pesadilla que está llevando a que haya gente rescatando poco a poco sus caudales temiéndose lo peor. Pero la calle ya muestra una viveza que la hace parecerse más a lo que siempre fue y eso alegra todo lo que podamos alegrarnos ante algo así.

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