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Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Mitos que se caen

Primero fue Abengoa y ahora es Airbus la que amenaza con marcar la crisis permanente de la industria en Sevilla

Nos hemos llevado años pregonando que la industria aeronáutica sería el maná que salvaría a Sevilla de su eterna crisis industrial. Por fin un sector moderno, tecnológico, demandante de mano de obra altamente especializada y que miraba al mundo nos había escogido para ser su punta de lanza en España. El discurso oficial, pregonado con reiteración machacona desde la Junta y desde el Ayuntamiento, ponía en ese cesto todos los huevos del desarrollo de la ciudad y se celebraba con cohetes que por fin una producción con muy alto valor añadido iba a desbancar al aceite y a las aceitunas como las mercancías que más íbamos a exportar.

Pues parece que este discurso, que como todos los discursos no estaba exento de un fuerte toque triunfalista, está a punto de quebrarse. Airbus, la empresa símbolo y tractora de la aeronáutica en Sevilla y de la que en buena medida depende la marcha de todo el sector, ha anunciado un importante recorte de plantilla por las malas perspectivas de dos de sus programas estrella: el A400M y el A380. El medio millar de puestos de trabajo que probablemente se vayan a eliminar pueden ser sólo el principio de lo que se adivina como una crisis de largo recorrido. Cuando Airbus tiene problemas inmediatamente detrás los tiene toda la industria auxiliar, que es, por lo menos, igual de importante.

Sevilla, si las malas perspectivas se confirman, verá en poco tiempo cómo dos de sus escasos mitos industriales se caen: primero fue Abengoa, que durante décadas era por definición nuestra gran multinacional y el modelo para proyectar lo que queríamos ser. Ahora es Airbus la que amenaza con empequeñecerse. No sólo es cuestión de mala suerte, que también habrá influido algo. El problema está en la incapacidad de la ciudad para tener un modelo de desarrollo competitivo que le permita jugar en varios frentes a la vez y no depender de factores muy diversos que escapan a su control.

Esta semana los empresarios locales celebraban su asamblea y ponían encima de la mesa la lista de las carencias que, en su opinión, frenan el desarrollo de la ciudad. Si le echan un vistazo verán que es muy similar a la del año pasado, que a su vez se copia del anterior y así hasta donde quieran llegar. Quizás con el añadido de que el gran proyecto que quiso dejarle el alcalde Zoido a la ciudad, la Zona Franca, languidece con más pena que gloria. Otro mito, aunque pequeñito, que se cae. Eso se llama parálisis y falta de modelo. Con lo primero y sin lo segundo es muy difícil, casi imposible, despegar y volar alto.

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