TRÁFICO Cuatro jóvenes hospitalizados en Sevilla tras un accidente de tráfico

La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Momento fuerza en Cataluña

La CUP llamará a la gente a las barricadas y ocupaciones y tardará horas en darse cuenta de que no derrotarán al Estado

A menos de un mes del referéndum de Cataluña sólo sabemos que no habrá referéndum en Cataluña. Quiero decir: no se celebrará ningún referéndum con todas las garantías legales y resultados efectivos en la configuración de España y reconocidos por la comunidad internacional. Sí se celebrará una consulta en la que participarán muchos catalanes que no podrán imponer sus deseos a otros muchos.

Probablemente, los separatistas coloquen en las calles y centros cívicos las urnas que ahora tienen escondidas, con un censo de andar por casa irregularmente conseguido y voluntarios adictos a la causa integrando las mesas electorales y escrutando el voto para enviarlo a la Consejería de Interior de la Generalitat, que proclamará por la noche que Cataluña se declara independiente, vote la gente que vote. Un paripé. Mejor dicho, otro paripé.

¿Qué pasará entonces? Pues que llegará el momento fuerza que tantas veces hemos pronosticado. El Estado democrático, al fin activado, habrá hecho que el Tribunal Constitucional haya desautorizado el falso referéndum y ordenado al Gobierno que aborte las consecuencias pretendidas. Mediante la coerción. O bien los Mossos d´Esquadra o bien las Fuerzas de Seguridad del Estado recibirán la orden de impedir que el Govern o la mitad secesionista del Parlament actúen en desacato, y la cumplirán, aunque tengan que desalojarlos de sus despachos y escaños.

En ese momento únicamente los antisistema de las CUP (¡el sexto grupo en representatividad de los catalanes y el de votantes más ricos !) tendrá claro, una vez más, lo que hacer. Llamarán a la gente a las barricadas y ocupaciones y tardarán unas cuantas horas en darse cuenta de que no van a derrotar a un Estado que ha sido capaz de acabar con el terrorismo etarra y superar el 23-F. Los demás héroes de guardarropía, los Puigdemont y Junqueras, gritarán y patalearán, pero se aburrirán pronto y convocarán elecciones autonómicas. De nuevo. No habrá más.

No quiero pecar de ingenuo optimismo. Abortar un golpe de Estado siempre produce bajas y sufrimiento, y el conflicto catalán no va a desaparecer. Entrará en otra dimensión, sin delirios ni tragedias. Los que pretendan la secesión seguirán buscándola, más resentidos, pero también más realistas. Conscientes de que tendrán que ganarse a la mayoría de los españoles. Por la razón, no a la fuerza.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios