Primero se negó en redondo a que su equipo viajase a Italia, después dejó en el alambre el cartel de los clubes que apelaban al ERTE para paliar la hecatombe económica que se nos viene encima a todos, incluso al fútbol, y ha rematado la faena con el pase de pecho más espectacular de cuantos proliferan en estos días. Y ese remate ha sido el de anunciarle a los abonados que podrán disfrutar de la temporada venidera sin soltar un solo euro.

Se trata de Ángel Torres, presidente del Getafe y ejemplo que debe ser seguido por sus colegas, todos los colegas, aunque unos más que otros. El solo hecho de estar recitando el papel que recita un equipo hecho con retales desechados por otros que andan por debajo en la tabla sería para poner en los altares del fútbol a este presidente. Es un milagro de nuestro fútbol el Getafe, con una masa social que cabe en un par de taxis y un campo prestado que no se llena ni con el Madrid.

Y en el corazón de un debate de última hora como es el de cómo se compensará a la afición por el fútbol que pagó y que habrá de ver por la tele, Ángel Torres ha dicho aquí estoy yo para estupefacción de sus compañeros de viaje. Compañeros que dudan y compañeros que, a guisa de Consejo de Cofradías de Sevilla, apelan al sentimiento para escaquearse de la devolución. Es lo que ha hecho el Barça, que para eso es más que un club, incluso el ejército desarmado de la nación catalana.

Así es como calificaba al club blaugrana el grandioso Manuel Vázquez Montalbán y que hizo suyo Joaquín María Puyal en cualquiera de sus grandilocuentes narraciones en la lengua de Josep Pla y Mosén Verdaguer. Se trata esto de la compensación un asunto espinoso que dará mucho que hablar y que derramará ríos de tinta, sobre todo por la forma en que el presidente de un club de tan bajo perfil como el Getafe ha resuelto la cosa. A ver cómo reaccionan sus colegas, a ver.