Variopintos, cortos de manos, de cara agradable y con el trapío adecuado para caber en la muleta. Así iban saliendo los toros de Paco Galache a la arena de La Glorieta y era por petición propia y repetida de un torero que aparte de ejercer de locomotora del toreo se ha empeñado en rescatar ganaderías que malviven en el olvido más absoluto. Los toros de Galache eran solicitados por las figuras del toreo desde Manolete a Paco Camino o El Viti y no olvidemos que la última gran faena registrada en El Chofre la protagonizó Curro Romero con un toro de este hierro. Fue en 1973 y de ella dijo José María Recondo que ni sin toro se podía torear mejor, pero esos toros salmantinos fueron cayendo en desgracia y sólo la voluntad del ganadero ha logrado que dicho hierro, como tantos otros, no se pierda. Fue una delicia verlos antier en Salamanca por obra y gracia de Morante.
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