LOS vecinos de la Alameda de Hércules que soportan una media de casi un concierto diario, que han tenido que instalar triple acristalamiento al coste de 3.000 euros para tratar de dormir, o marcharse durante los fines de semana a casa de familiares para huir del ruido, y que han escuchado de labios de la delegada Montaño de que tal avalancha de recitales es la prueba del éxito del antiguo bulevar -hoy con aspecto de paseo marítimo de Benalmádena o Islantilla-, podrían parafrasear a aquel embajador británico en la España de Franco que, cuando tenía a la puerta de la embajada una airada manifestación reivindicando la españolidad de Gibraltar, recibió una llamada del ministro de la Gobernación (equivalente al actual de Interior). El ministro le preguntó si quería que le enviase más policías a proteger la embajada, a lo que el representante diplomático replicó que le bastaba con que no le enviara más manifestantes. El presunto "morir de éxito" de la Alameda, cuyas obras acumulan un año y medio de retraso, está claramente inducido por IU desde el gobierno municipal en su afán de convertir en bulevar en su particular coto electoral y al margen de lo que puedan decir, pensar o sufrir los vecinos. Evocando la frase bíblica de que "no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre", la Alameda no se hizo para albergar los conciertos "de" IU, sino para unos residentes cuyo derecho al descanso tiene preferencia sobre los watios de los equipos de música. La Alameda está sirviendo para desenmascarar a la propia IU, que ahora no reconoce el compromiso del ex edil Silva de que se crearía una comisión mixta con participación de los vecinos para seleccionar y programar los actos que albergaría el bulevar. Arguye IU que la comisión no se puede constituir porque la ley impide que los residentes tengan capacidad de elección. Y si no pueden tener ni voz ni voto para algo tan simple como programar unas actividades, ¿cómo IU les permite elegir algo mucho más serio e importante como es el destino del dinero público a través de los presupuestos participativos? Si la comisión es ilegal, ¿cómo un edil de IU propuso una ilegalidad sin ser desautorizado por ello? IU está demostrando que la participación ciudadana que tanto invoca en otros sitios, en la Alameda no es más que pura retórica.

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