Hágase la luz y la luz se hizo para convertir la ciudad en una especie de cuento en el que la gente iba de un lado para otro, como camino de ninguna parte. El "Currito dale al botoncito" en la voz sin par del maestro Araújo parecía en la imaginación de tantísimos como formaban una bulla similar a la de una noche grande de Semana Santa. Antes que nunca, la Navidad laica que se ha sacado de la manga la autoridad reinaba en un montón de calles, en más calles que nunca y antes que nunca. No se sabe si como reclamo electoralista o por qué otro motivo, las luminarias que anuncian la Navidad se han encendido con una antelación insólita. Y sin nada que reprochar, que así la postal sin solución de continuidad que hogaño es Sevilla luce más. Ahora bien, si el motivo de la celebración es el nacimiento de Jesús, ¿por qué puñetas no hay una sola alusión a dicho suceso?