TREINTA grados indicaba el termómetro de la Pasarela antier por la tarde, pero en el declive de la tarde y no con el sol en todo lo alto, que el astro ya iba buscando las tablas de la cornisa y el personal tomaba San Fernando como si fuese Chipiona en la marea baja. Afortunadamente ha llegado un receso en las calores, en esas calores que han hecho que el azahar reine ya sobre la vertical de las noches de Sevilla. Fantásticas ya estas noches de primavera adelantada, bien por la Gavidia o Cardenal Cisneros, en la recoleta Doña Teresa Enríquez o en el renacido enclave del Salvador, por el Museo o por la maravilla de Mateos Gago, desde donde mejor se ve ese tallo luminoso que es la Giralda. Noches perfumadas de Sevilla en pleno invierno, pero es que ha sido tan amortiguado el invierno que la primavera ha llegado mucho antes de que la llamasen, que este año la Madrugada será cuando todavía sea invierno.