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Crónica personal

Pilar Cernuda

Nueva comisión europea

ESTOS últimos días se han elegido dos candidatos a presidir la Comisión Europea los próximos cinco años: el socialdemócrata M artin Schultz y el socialcristiano Jean-Claude Juncker. Con su designación, sea quien sea el que logre la Presidencia, es evidente que se inicia una nueva etapa que dejará atrás componendas que sólo favorecían a los mediocres. El Tratado de Lisboa, que se aplica por primera vez en esta ocasión, obliga a que los partidos parlamentarios designen a sus candidatos a presidir la Comisión antes de la fecha de las elecciones al Parlamento Europeo. De esa manera los ciudadanos de la UE no sólo manifiestan sus preferencias por una lista que llevará la Eurocámara a determinados parlamentarios de su país, sino que saben de antemano quién va a presidir la UE en función de la mayoría parlamentaria. 

Hay que dar la bienvenida entusiasta al Tratado de Lisboa. Hay mucho que arreglar en la UE, pero con ese Tratado al menos se corrige un inmenso error: que los principales cargos de la UE se elijan en función de componendas a las que llegan los jefes de gobierno de los distintos miembros. Un toma y daca en el que al final se elige no al mejor sino al más acomodaticio, al que no molesta a nadie. Que generalmente es un personaje mediocre; el servilismo siempre lleva aparejada la falta de energía para plantar cara a un problema. Lo que se ha visto claramente en la UE desde que Delors dejó la Presidencia de la Comisión. Desde entonces se han sucedido una serie de presidentes a cual más flojo, más gris. Y ya se rizó el rizo con la idea de nombrar un presidente de la UE además de un presiente de la Comisión, lo que ha provocado una dualidad ridícula en la que Durao Barroso y Van Rompuy se han movido con tanto tiento que no han tomado ninguna decisión. Y si encima se designa responsable de la Política Exterior a una persona tan anodina como lady Ashton. 

Podrán caer mejor o peor Schultz y Juncker, pero nadie pondrá en cuestión que son hombres de carácter, que conocen como pocos la UE . Sobre todo Juncker, que ha sido varias veces jefe de gobierno de Luxemburgo, ha ocupado varias carteras ministeriales y ha sido presidente hasta fecha muy reciente del Eurogrupo. Martin Schult ha sido presidente del grupo socialista en el Parlamento Europeo y actualmente es el presidente de ese Parlamento. Están sobrados de algo que se echa de menos desde tiempos de Delors: agallas para enfrentarse a quienes anteponen los intereses de su país a los intereses comunes de Europa.

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