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Nuevas esclavitudes

Apropósito de la tragedia de Bangladesh, que de una vez por todas debería imponer internacionalmente los principios del comercio justo, decía ayer que en realidad la institución de la esclavitud nunca se ha interrumpido. Sólo ha cambiado de nombre o de lugar. La definitiva abolición de la esclavitud se produjo en Inglaterra en 1834, en Francia -tras la abolición transitoria de 1794- en 1848, en Estados Unidos en 1865 y en España en 1880.

Así la abolición de la esclavitud coincidió con el auge de esa nueva forma de esclavitud que era el trabajo bajo la Revolución Industrial que, justo en esos años, entraba en su segundo ciclo. Trabajo infantil, jornadas de entre 12 y 19 horas con una pausa de una hora, abolición del descanso dominical porque la lógica de la producción -la modernidad tecnocientífica, no se olvide- había abolido en el siglo XIX el descanso dominical que el cristianismo había impuesto por herencia del sábado judío.

Se empezó a salir de estas nuevas formas de esclavitud -por referirlo a España- en las dos primeras décadas del siglo XX: la ley del descanso dominical se aprobó en 1904 y la jornada de ocho horas en 1919. Otra cosa es que se cumplieran estrictamente. Después vino lo que vino y la cosa acabó en 40 años de dictadura. En los países libres y más desarrollados de Europa el Estado de bienestar se fue imponiendo tras la Segunda Guerra Mundial.

Pero el bucle esclavista busca nuevas zonas de explotación cuando otras le son prohibidas. De la misma forma que mientras se abolía la esclavitud en las colonias se creaban nuevas formas de esclavitud en las minas o en las fábricas europeas, cuando las condiciones de trabajo estaban garantizadas en Europa se produjo el fenómeno de la deslocalización que exportaba la explotación más feroz de los peores tiempos de la Revolución Industrial al tercer mundo.

Y esto nos devuelve a la tragedia de Bangladesh. Del artículo de ayer al de hoy se han alcanzado las 660 víctimas. A las que hay que sumar -otra tragedia: el fundamentalismo cebándose con estos países- más de 20 muertos provocados por la manifestación islamista. Oigo el eco de George Harrison: "Bangladesh, Bangladesh, Where so many people are dying fast". Aquel concierto tuvo lugar el 1 de agosto de 1971 para recaudar fondos para paliar la inmensa tragedia provocada por guerras, ciclones y hambrunas. Han pasado 42 años. Como si no hubiera pasado ninguno.

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