Como un fuerte soplo de aire puro recibe España la noticia de que Rajoy no utiliza tantas puertas giratorias como ampara la política. El ruinmente desahuciado presidente se vuelve a la carrera que estudió y lo hace sin pérdida de tiempo, como con prisas por volver a una normalidad que perdió hace casi treinta años. Así como el espectro político está lleno de gente que nunca sale de él y del que hizo su rentabilísimo modus vivendi, Mariano dice ahí os quedáis y que la pensión vitalicia se utilice como se quiera. Y es que en este país plagado de ninis que eligieron el servicio público para servirse de él, el caso de Rajoy debería hacer metástasis y que sirviera de ejemplo para toda esa multitud que no quiere sentir el frío existente fuera de la política. Ojalá todos pudieran hacer lo que ha hecho Rajoy, tener a donde ir sin peligro alguno de resfriarse. Serían más fiables.
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