Las reuniones de directivos o representantes de cualquier organismo o entidad que se celebran por la vía telemática tienen sus riesgos. No sólo que se vea la decoración de un despacho o del hogar, sino que se puedan oír ciertas conversaciones privadas en los recesos o en instantes de relajación. Así ocurrió con la mantenida por los patronos del Real Alcázar. A Juan Espadas se le oyó preguntar con tono muy informal por el duque de Alba: "¿Se ha conectado Carlos Alba?". Y a Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, se le pudo oír supervisando la lista de los que deben recibir el detalle de Navidad.
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