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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Oliveira y lo de segundas partes

El paso del paulista por el Betis fue glorioso antes y penoso ahora, pero parece que el Betis se va debilitando

CUENTA un amigo que fue en un tiempo, unos meses, propietario de un barco que sólo hubo un día en que fue más feliz que cuando lo compró, justamente el día que lo vendió. Desde entonces propala que no hay barco mejor que el de un amigo que te invita a él. Algo parecido se siente en el Betis en la marcha de Ricardo Oliveira, el más claro ejemplo futbolístico de que las segundas partes no suelen ser buenas. Si feliz se sintió el bético cuando llegó, gol del triunfo en Nervión incluido, más contento se sentiría ahora si no fuese porque los asuntos económicos del club quedan tan distantes del socio y tan apegados a Jabugo calle.

Con Edu y Joaquín, Oliveira es el futbolista con más protagonismo en ese Betis que tocó la gloria con ambas manos y que se ha ido a los avernos. Puede decirse que el rumbo viró aquella noche de Todos los Santos del glorioso 2005. En el final del sprint sostenido con Ricardo Carvalho, la rodilla derecha del paulista hizo crac y el Betis vio cómo el horizonte se le torcía. Aunque Dani hizo que Heliópolis viviese su última apoteosis con un gol a Cech, la lesión de Oliveira iba a servir de punto de inflexión para un tiempo peor, infinitamente peor, sin nada que ver con lo que el bético había gozado a partir de un gol del propio Oliveira al eterno rival.

Se quedaba esa noche el Betis sin gol, al poco llegaba la cita con el Anderlecht para la crítica jocosa del bético al palco, se dio lugar al absurdo desencuentro con Serra y todo lo siguiente no hace falta recordarlo para que sea recordado. Se fue Oliveira al Milan y fracasó, vivió un descenso con el Zaragoza y ha vivido otro con el Betis. Desgraciadamente, un futbolista tan admirado ya no se hacía admirar. Los goles fallados en Bilbao ante los suplentes del Athletic hicieron que los béticos se cayesen del caballo, ahora se va y ninguno le llora. Pero, mucho cuidado porque el Betis puede estar alejándose mucho de ser el Madrid de Segunda que tanto cacarea Lopera.

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