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Paco

Sólo una vez saliste de nazareno. Fue en Pasión para pedir por ese hijo por el que todos rezamos

Dicen que casi acaricia la manigueta de la Canina, la que tanto le gusta, de la que tanto hemos hablado en desayunos de tostadas de melva regadas con varios cafés. Porque cuando la tertulia es buena se pide un segundo café para justificar el uso de la mesa. O un zumo pasado por el colador. La de veces que hemos cortado trajes en esos desayunos en la calle José de Velilla.

La noche previa hablamos, nos reímos, adobamos con la guasa todo aquello que es susceptible de semejante aliño. La actualidad es un pretexto para la creación: de la broma a la metáfora, de la mofa a la oración, de la Canina a la Esperanza. Sí, la vida es una cabalgata en la que a veces eres rey y otras beduino, pero siempre eres el niño nacido en la Puerta de la Carne, inquieto por la lectura, con capacidad para sufrir, con curiosidad para preguntar, con colmillo para desgarrar y con cultura, buen gusto y criterio para hacer emocionar desde la autenticidad, requisito indispensable para perdurar en el tiempo. Sin gatos en la barriga, sin aristas y con paladar. Un día te vestiste de ruan para dar las gracias. Casi nadie se enteró. Jamás lo hablamos. Pero yo lo supe.

Un cirio abriendo la cofradía de Jesús de la Pasión. Sólo esos nazarenos de escolta se quedan después de guardia junto al Monumento y se incorporan a la fila con un palermo detrás de la Virgen de la Merced. Caminar detrás de un palio es una de las delicias que todo sevillano debe probar alguna vez en la vida. No cabe mayor anonimato. Pasados los faroles o los candelabros de cola, todo se vuelve irrelevante. Pero ahí vas tú, gozoso detrás de la Virgen de belleza serena, nariz aguileña y ojos almendrados. ¡Qué bien esculpía Sebastián! Te gusta tanto Pasión que pronto besarás sus manos entrelazadas en ese cofre de plata que tiene en el templo del Salvador. Pronto desayunaremos juntos para analizar la ciudad, esa teoría de que la historia no se repite, es la misma. Esa hermosa explicación histórica sobre el orden de las cofradías en la Madrugada. Del centro al arrabal. Fusionaremos el saber de la calle con las lecturas, la experiencia y el análisis de futuro, la vida cotidiana con la historia. Y siempre, siempre, nos reiremos hasta de nosotros mismos. Porque tenemos claro que el humor es el lubricante de los días que nos ha tocado vivir, la Semana Santa es una razón de existir y el regazo de Pasión es donde siempre irán las plegarias por los seres que más quieres.

Saliste de nazareno un año y te hizo caso el Señor. Atendió tu plegaria. Sanó al hijo como ahora sanará al padre. La Canina, nuestra Canina, puede esperar porque nos queda mucho que hablar sobre ella. Vente arriba, Paco, que la ciudad te espera. Y ya sabes la regla de oro: la buena melva se defiende sola, sin mayonesa. Como los buenos artículos se defienden solos. Sin necesidad de foto. Con la fuerza de la palabra.

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