RESULTA curioso el afán que ha puesto el portavoz del gobierno municipal hispalense, Francisco Pérez, en calificar como viaje institucional la estancia durante cinco días en Madrid del alcalde y del delegado de Turismo, Gregorio Serrano, durante la Jornada Mundial de la Juventud que presidirá la próxima semana Benedicto XVI. Este macroevento que la Iglesia Católica organiza cada tres años no requiere ni reclama ninguna comitiva del Consistorio sevillano. Es materia del Arzobispado de Sevilla y de la Conferencia Episcopal. Todo lo institucional está representado por la jefatura del Estado, con el Rey recibiendo al Papa; el Gobierno y el Parlamento de la nación, que acogen al jefe del Estado vaticano; y las autoridades de Madrid, la ciudad donde se celebra. Distinto sería el caso de una beatificación o canonización de algún sevillano. Zoido y Serrano están en su derecho de acudir, en pleno ejercicio de su libertad como católicos, y participar gustosamente de la experiencia. Pero, si fuera obligatorio, antes que Zoido tendría que estar Griñán en representación de los andaluces.

Dice a la vez que es institucional y que pagan de su bolsillo el viaje. Felicito al portavoz por precisar que al Ayuntamiento sólo le costará 450 euros, a 50 euros la noche en hoteles NH. Y por abundar en la transparencia: el director de área de Fiestas Mayores y dos periodistas de la Alcaldía van con ellos y se lo pagan todo de su bolsillo. ¿Viaje institucional o personal?

A Francisco Pérez, para marcar diferencias respecto a sus predecesores, y perfecto conocedor de cómo han puesto en evidencia la ética del ex director de Giralda TV, Antonio Silva, con su factura del taxi a Cáceres (ida, espera y vuelta), para ejercer su rango de consejero de Caja de Extremadura elegido por Monteseirín en representación de Sevilla (pregúntense qué poco hay de institucional y cuánto de personal en el intercambio de favores entre el ex alcalde y Silva), sólo le ha faltado esta apostilla: "Animamos a Antonio Silva, muy relacionado en el mundo de las cofradías, y responsable de comunicación del Congreso Eucarístico Internacional en Sevilla-1993, a que se pague de su bolsillo la excursión a Madrid, como hacen los demás feligreses".