SERÁ cosa de la crisis pero, también, de los políticos, que son los que administran las habas contadas de la deuda pública. El mes de septiembre empezó con la subida del IVA y la gasolina en máximos históricos y la escalada de impuestos, tasas, recargos y demás no cesa. El Ayuntamiento de Zoido se está significando por cobrar hasta por el aire. Esta semana provocó el descontento de colectivos como los taxistas, a los que les aplica una tasa por estacionar en sus paradas, o los atletas aficionados, que tendrán que abonar más por correr en la Carrera Nocturna del Guadalquivir. Si a esto se suman las multas, la receta está clara: hay que hacer caja como sea.

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