OTRA contradicción de libro, otra descoordinación flagrante. Por un lado, se plantea hacer un túnel para el tráfico de coches en el cruce de Bueno Monreal con La Palmera. Por otro, se propone que la próxima línea de Metro vaya por la superficie desde La Palmera hasta Los Bermejales. El mundo al revés: los coches bajo tierra y el subterráneo al raso.

El paso inferior de Bueno Monreal, en la conexión con el puente de las Delicias y la SE-30, es una buena iniciativa municipal para agilizar el tráfico urbano y metropolitano del presente y del futuro. Aunque en la actualidad queda empañada por el bochorno que produce la falta de actividad en la obra. Sin embargo, en la línea 3 del Metro, la Consejería de Obras Públicas quiere hipotecar para todo el siglo XXI la gran avenida del sur de la ciudad, ubicando la vía férrea en el centro de La Palmera y reduciendo a la mitad los carriles para los turismos. ¿Qué futuro sostenible puede tener la movilidad urbana y metropolitana con este tipo de planteamientos, que parecen más propios de la Sevilla de 1929 con la creación de un tranvía hasta las casas de Heliópolis?

El Ayuntamiento de Sevilla debe rechazar de plano lo que admite Rosa Aguilar. Nadie hubiera propuesto esa solución en la Diagonal de Barcelona ni en la Castellana de Madrid. Por muy mala que esté la tesorería local, autonómica y estatal, si se acomete la construcción de una infraestructura tan importante, duradera y cotidiana es para que encauce el crecimiento de la actividad, no para que la colapse. Dentro de la ciudad, o es subterráneo o no es Metro. Engaños, los precisos. ¿Queremos incurrir en el mismo error del puente del Quinto Centenario, monumento al tapón con ínfulas?

De lo que se debería debatir es de planificar la prolongación de esa línea con paradas en Palmas Altas, Bellavista y Hospital de Valme. ¿Recesión? No, estamos en regresión.