SUSANA Díaz deshoja la margarita y alarga la decisión todo lo posible mientras sigue los movimientos que se producen en el partido y las reacciones ante su posible candidatura, Eduardo Madina filtra que está recibiendo fuertes presiones para que renuncie a ser candidato a la Secretaría General de su partido, Chacón no se presenta porque considera que Rubalcaba maniobra para controlar desde la Secretaría General el proceso de sucesión en el partido, Pedro Sánchez se mantiene en un discreto plano a la espera de acontecimientos y tantea el terreno en el que le gustaría moverse, y un miembro de Izquierda Socialista, desconocido para la mayoría no ya de los militantes sino incluso de los dirigentes del partido, anuncia que se presentará a la Secretaría general.

El panorama en el que se desenvuelve el PSOE no es como para tirar cohetes, porque es evidente que se debe apostar por el relevo generacional, pero incluso entre los jóvenes hay vértigo ante la falta de entidad de algunos de quienes pretenden hacerse con las riendas del partido. Y es lógico que, ante lo que hay, la mayoría de quienes quieren al PSOE se decanten por la presidenta andaluza, que por lo menos cuenta con experiencia de haber sido consejera, lleva nueve meses en la Presidencia del Gobierno andaluz y si bien no ha tomado grandes decisiones en este tiempo sí ha demostrado sentido institucional en un momento en el que parece que las leyes y la Constitución se toman a título de inventario. Madina tiene más respaldo entre los que no le conocen que entre quienes le conocen, lo que es significativo, y se ha acrecentado la simpatía hacia Pedro Sánchez, que ha aprovechado esta coyuntura para darse a conocer más y que al menos presenta buenas maneras y sobre todo currículum, lo que es de agradecer en estos tiempos invadidos por políticos que no tienen más bagaje que haber ingresado en las juventudes de un partido con quince o dieciséis años, para hacer carrera saltándose la fase de aprendizaje y experiencia.

Esta semana se sabrá si Díaz da el paso y debe compaginar la Secretaría General con las responsabilidades del Gobierno andaluz. En ese caso es fundamental conocer el nombre de los números dos y tres del partido, que llevarán el peso de la organización para tratar de poner el necesario orden interno en una formación desencantada ante la falta de éxitos y de estímulos, y que necesita una inyección de entusiasmo y de caras nuevas y eficaces, para tratar de que las próximas elecciones no sean un nuevo fracaso.