ZAPATERO se fue de excursión con Jesús Calleja. Y los de Cuatro montaron un atractivo y desengrasante reportaje para la noche del lunes. Hubo un momento cumbre en el arranque de la expedición. Uno de esos momentos televisivamente intensos e irresistibles, cuando el presidente del gobierno, gesticulando, tal y como si estuviera en la sala de conferencias de prensa de Moncloa, juntando las manos en plan mitin, sentenció: "Los Picos están donde siempre. Falta saber si yo estoy en el mismo sitio, si sigo siendo el mismo".

No sé si fue una frase premeditada, pero encerraba todas las lecciones de filosofía, todas las metáforas, todos los asertos desde aquel de Heráclito que decía que todo fluye y nada permanece. Menos los Picos de Europa, cabría añadir. Daría gusto leer la interpretación que de esta improvisada rueda de prensa móvil (lo fue; había micrófono inalámbrico, varias cámaras, un séquito, reporteros gráficos, guardaespaldas, figurantes) harían, o harán, las firmas más ilustres de este país, de Cernuda a Millás, de Torres a Lindo, de Espada a del Pozo.

Los de Física o química arrancaron la temporada donde mejor saben, en las duchas de los chicos rebosando testosterona. Pero ante la oferta de Cuatro no había rival. Ante La Excursión, bautizada así, en mayúsculas, no había competidor posible.

A todo esto, llegó el tan cacareado 10 de septiembre, en el que José Luis Rodríguez Zapatero va a explicar su hoja de ruta para afrontar la crisis. Pepa Bueno adelanta sus desayunos de TVE con la intención de que esta comparecencia atraiga tantos espectadores como los mismísimos juegos de Pekín. Veremos qué frase nos lega para la historia. Por lo pronto ya tiene una. "Los Picos están donde siempre. Ahora falta saber si yo estoy en el mismo sitio".

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