Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

El picudo rojo

La Asociación Palmera Agenda 2029 ha convocado un premio para señalar aquellos proyectos y personas que están dañando gravemente esta avenida

La Palmera, la agresión que no cesa.

La Palmera, la agresión que no cesa. / DS

YA lo dijo un mitológico y apócrifo Pedro Navaja: la vida, como su maestra la Historia, te da sorpresas. Cuando Alfredo Monteseirín acabó su largo periodo como alcalde, muchos apostaron a que sería recordado negativamente por la construcción de las Setas en pleno centro de Sevilla y, positivamente, por una política de peatonalizaciones que, con sus errores, había sido un éxito. Pero nadie pensó en La Palmera. Hoy, sin embargo, vemos que las Setas –pese a ser el escenario de todo tipo mamarrachadas– han sido integradas plenamente en el paisaje sentimental y vital de los sevillanos y son una referencia monumental para los turistas. Lo que dijimos: sorpresas te da la vida. Pero Sánchez Monteseirín, quizás sin saberlo, dejó puesto un huevo negro que eclosionó muchos años después, cuando las condiciones económicas internacionales fueron propicias: un PGOU que está permitiendo la cruel destrucción de la singular y hermosa Avenida de la Palmera. Cierto es que tuvo otros responsables, pero Alfredo Sánchez Monteseirín era el alcalde de la ciudad, su máxima autoridad, el encargado de gestionarla y defenderla. A él le corresponden los halagos y los reproches que se puedan hacer a la gestión municipal en aquellos años.

La Asociación Palmera Agenda 2029, que defiende el legado arquitectónico de esta avenida, ha convocado el Premio Picudo Rojo para señalar a aquellos proyectos y personas que la están dañando gravemente. Nos parece más que bien, porque es hora de que los ciudadanos sepamos exactamente qué individuos, qué empresas y qué intereses se encuentran detrás de los distintos atentados contra el patrimonio histórico de la ciudad. Nuestro candidato para el primer galardón no podría ser otro que Alfredo Sánchez Monteseirín.

Nos consta que a Javier Queraltó –uno de los arquitectos que más está luchando para salvar lo que queda de La Palmera y adalid incansable de los adoquines de Gerena– no es partidario de nuestra propuesta, más aún en puertas de unas elecciones municipales, pero no se nos ocurre otra mejor. Después pueden venir algunos subordinados y técnicos, los alcaldes que sucedieron a Monteseirín y no enmendaron el error, algunas instituciones y, por supuesto, los fondos de inversión y las empresas que, poniendo su lucro por encima del interés común, se han empeñado en destruir el legado del 29. Pero no podemos obviar quien fue el punto alfa de este desastre paisajístico.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios