QUÉ hermosa imagen la del palio yéndose, metáfora de la vida que preside el cartel de la Semana Santa de 2013 entre azules y dorados, entre rojos y verdes, colores que son marca de la casa en la obra de Nuria Barrera, la pintora de la luz y la alegría, la pintora de la Esperanza, la pintora de la ilusión. El palio que se va deja un vacío en el templo que bien conocen los que hacen estación detrás de una Virgen o esos costaleros a los que no les toca el relevo de la salida. Las sensaciones de un templo vacío son experiencia de minorías. El cartel de Nuria Barrera tiene el olor a incienso de la naveta de la Mortaja, el sonido de la corneta, la fragancia de la pureza en la jarra del azahar, el guiño al vía crucis en el canasto de la Amargura, un cirial del Cachorro y la medalla de su Esperanza.

Se trata del cartel de una artista a la que no le importaría en absoluto pintar exclusivamente de cofradías, aunque por fortuna para ella pinta muchísimos más temas, sobre todo unos paisajes urbanos bañados generosamente por la claridad. No tiene ningún complejo en exhibir la satisfacción que le produce recibir el encargo de una hermandad. Imprime su alegría a todas las obras. No se da ninguna importancia, luego será por eso por lo que cada día es más importante. Otros han pintado el cartel y casi se han escondido a la hora de cumplir con el encargo, renunciando incluso al estilo propio. Se han acomplejado ante el lienzo porque en realidad no conocían la Semana Santa o querían esquivar cualquier tipo de problema. Ya se sabe que hay muchos que piensan que el mundillo cofradiero les puede aportar muy poco como artistas y, en cambio, es elevada la posibilidad de ser diana de alguna polémica. Pero este punto de partida se viene abajo con Nuria Barrera, a quien le ha hecho una ilusión tremenda anunciar con sus colores alegres la fiesta más hermosa de la ciudad. Y este Fiscal ya ha conocido un tramo nutrido de cartelistas como para apreciar las diferencias entre los autores amilanados ante el caballete, a la defensiva y dando el paso atrás; y los que han disfrutado durante los meses de ejecución de la obra. El de Nuria es el cartel de una persona feliz con el encargo. A Dios por la alegría de la Semana Santa, bien podría ser el pie perfecto para una fotografía de este cartel. Un cartel concebido desde el amor a la Semana Santa, marcado por el testimonio directo de quien la vive y realizado con el corazón. Y su corazón lo mueve la fe.