MONTESEIRÍN sigue repasando la lista de asignaturas pendientes de Sevilla y, en su programa estival de recuperación de imagen, ha anunciado la rehabilitación integral de la Plaza de España en el plazo de dos años, con una inversión municipal cercana a los 4,8 millones de euros tras la polémica con la Junta de Andalucía por la denegación de más escuelas-taller para la restauración del monumento. Hace ya diez años que las tres Administraciones Públicas -Estado, Junta y Ayuntamiento- que se reparten el emblemático conjunto diseñado por Aníbal González acordaron su recuperación a la vista del enorme deterioro causado en cortísimo espacio de tiempo por el vandalismo y por las filtraciones de humedad procedentes de la ría. Al cabo de un decenio , puede decirse que sólo el Gobierno central ha cumplido con el compromiso, mientras que el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han acabado a la gresca al decidir esta última no seguir subvencionando la escuela-taller dedicada a estos menesteres, con el argumento de que no se puede seguir tirando el dinero (600.000 euros) en formar albañiles que no tendrán futuro por la crisis de la construcción. La tesis del Gobierno andaluz parece lógica, pero ¿por qué no tuvo la misma clarividencia cuando ratificó el compromiso hace sólo año y medio y por qué no ha compensado la escuela-taller con una aportación equivalente en metálico en vez de dejarle toda la factura a la ciudad? Creemos que este conjunto monumental de primera categoría no debió nunca ser convertido en objeto de aprendizaje en materia de albañilería para alumnos sin formación. El fracaso de esta estrategia salta a la vista: tras diez años, la Plaza de España sigue casi igual, porque el deterioro se ha incrementado a mayor ritmo que los lentos trabajos de la escuela-taller. Desde el principio debió acometerse una restauración integral con personal cualificado para devolver al monumento todo su esplendor. Nos alegramos de que Monteseirín asuma ahora esta estrategia, máxime a las puertas del 80º aniversario de la Expo del 29, de la que la Plaza de España constituye una de las postales turísticas de Sevilla más conocidas en el mundo.