La ciudad y los días

carlos / colón

Podemos sin máscara

QUE en un mitin en Morón el viernes Sánchez Gordillo llamara al PP "un puto partido de perros" y a sus militantes "franquistas hijos de la gran puta" no tendría mayor importancia, porque las palabras tienen el valor de la boca que las pronuncia, si no fuera porque este muy localizado universo folclórico y desquiciado que Sánchez Gordillo representó con ínfulas mesiánicas ha tendido sus brazos a Unidos Podemos, que representa algo muy parecido; eso sí, suavizado con un leve barniz universitario, ambición nacional y amplia representación parlamentaria.

Primero los tendieron a IULV-CA, lo que permitió a Sánchez Gordillo ser diputado en el Parlamento andaluz. Ahora los tienden a Unidos Podemos. En este mitin de Morón también intervinieron María del Carmen García -nom de guerre Mari la del Coronil-, diputada andaluza por Podemos, y Diego Cañamero, actual diputado en el Congreso por el mismo partido tras presentarse como cabeza de lista de Unidos Podemos en Jaén. Ambos, como es sabido, han llegado a Unidos Podemos desde el SOC y el SAT.

Que en un acto de los socios de un partido con implantación nacional y aspiraciones de participar en el Gobierno vía Pedro Sánchez se llame "puto partido de perros" al PP y "franquistas hijos de puta" a sus militantes debería significar la inmediata ruptura de relaciones entre Unidos Podemos y sus socios del SOC y el SAT. Lógicamente no se producirá, y ni tan siquiera se condenarán estos graves insultos, porque Gordillo y Cañamero son Podemos sin máscara.

Insultar a la derecha sale gratis y da prestigio progresista. Ya sea tan groseramente como Gordillo o con la reiterada chulería del "no, no y no" y "¿qué parte del no, no ha entendido?" de Sánchez. El coqueteo del PSOE con Podemos, que algunos ayuntamientos le ha proporcionado ya, amenaza con reeditarse. Anteayer Errejón confirmó las "conversaciones" entre ambos partidos para formar un "Gobierno del cambio" si Rajoy fracasa. Si el PSOE comete el error de no abstenerse para ejercer con inteligencia una oposición que le permita salir de su actual crisis (acarrea los dos peores resultados electorales de su historia) pondría en peligro la leve recuperación que le otorgan los últimos sondeos que también apuntan el hundimiento de Podemos. Si comete el error mucho más grave de pactar con Unidos Podemos le dará oxígeno y dilapidará su capital socialdemócrata. Un suicidio político.

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