Políticos colocados

Los hay como María Jesús Montero, médica de profesión, que tras pasar por Salud acabó en Hacienda

Nadie lo quiere asumir, pero las elecciones tienen una repercusión directa en la creación de empleo y el paro. Pasa en todas: las generales, las autonómicas y las municipales. Podríamos citar varios casos de ilustres miembros del PSOE y del PP que han pasado por todas las administraciones públicas. Lo mismo sirven para un ministerio que para una consejería que para una concejalía. Incluso los hay, como María Jesús Montero, médica de profesión, que tras pasar por Salud (era lo suyo), acabó como consejera de Hacienda con Susana Díaz y después fue fichada como ministra de Hacienda por Pedro Sánchez. Yo no sé si es peor plagiar una tesis o colocar a una médica al frente de la Hacienda. ¿Qué dirían si nombran a un economista como jefe de Ginecología de un hospital sevillano?

Sin embargo, en un determinado momento, inventaron la nueva política y aparecieron los indignados. Entonces el PSOE y el PP ya no disponían del mismo número de cargos públicos que en los buenos tiempos del bipartidismo. La alternancia en el poder era eso: hoy por ti y mañana por mí. Sucedía en el Gobierno central y en casi todos los ayuntamientos, excepto en Dos Hermanas. Pero no en la Junta de Andalucía, donde era: hoy por mí y mañana también. Manolo Chaves parecía eterno, hasta que se empezó a descuadrar con Pepe Griñán y se acabó con Susana Díaz.

El invento de la nueva política, en principio, se atribuyó al Ibex 35. Anda que iban bien encaminados. Se decía que Podemos, con Pablo Iglesias (ese comunista bolivariano, como le dicen ahora los de Vox) era un invento de la derecha para que el PP le ganara con comodidad al PSOE. Después dijeron que Ciudadanos, con Albert Rivera (ese señor que ahora se ha quedado como la pareja de Malú), era un invento de la izquierda para que el nuevo partido bisagra le ganara al PP, o pudiera pactar con el PSOE, según los casos.

En 2016, Unidas Podemos consiguió 71 escaños, de los que le quedan 35; o sea, menos de la mitad. En 2018, Ciudadanos consiguió 57 escaños, de los que le quedan 10; o sea, menos de la quinta parte. En la nueva política también han perdido muchos puestos de trabajo. Diputados que ya no lo son, asesores fulminados, correveidiles que ni corren ni dicen nada. Un desastre. Para compensar, se rumorea que algunos serán colocados en los nuevos ministerios de Podemos. Y que otros pasarán a las consejerías andaluzas de Ciudadanos.

Cuando Pedro Sánchez convocó las elecciones del 10-N, ciertos pitonisos dijeron que no serviría para nada, que no cambiaría nada. Pues ya lo han visto…

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