Estamos viviendo, sufriendo, padeciendo, llámelo como quiera, un tobogán de sensaciones encontradas que tienen como vértice los bandazos. El mandarinato que nos tocó raro es el día que no dice algo para desmentirlo al rato. Así se emite desde el Gobierno central y de la misma manera ha hecho el estimado Juan Espadas con la majaretá de ir al bar a recoger la ración, la tapa o lo que buenamente se le ocurra a cada cual. Y ya lo que sonaba a etrusco era lo del bar de copas con ese "niño llena ahí un par de gin-tonics en copa de balón que me los llevo para casa". Una sarta de incongruencias que en un santiamén quedó anulada, que esa es la práctica que se lleva en las ruedas de prensa telemáticas conque nos sorprenden a diario los inquilinos de Moncloa. Así como hasta ayer el escándalo del lunes se olvidaba con el del martes, ahora priman las rectificaciones.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios