LA CAMPANA

José Joaquín León

Precampaña cofradiera

EN los últimos años las cofradías imitan ciertos comportamientos de los partidos políticos. No quiero decir que se hayan politizado, sino que algunos dirigentes enfocan sus actuaciones en clave electoral. Por eso, no es extraño que estemos en una precampaña cofradiera de cara a las elecciones que convocará el Consejo en junio. Antes de comenzar la cuaresma más tempranera de las últimas décadas, ya se conocían los tres candidatos: uno que no pertenece a la actual junta superior (Adolfo Arenas) y dos que sí están dentro (Joaquín de la Peña y Juan Carlos Heras).

En otros tiempos lo normal hubiera sido esperar a que pasara la Semana Santa para hacer públicas las candidaturas y preparar la campaña. Sobre todo teniendo en cuenta que hay más de un trimestre completo entre el Domingo de Resurrección y la fecha de las elecciones. Pero aquí el que no corre vuela. Estamos en una especie de primarias internas, como Hillary Clinton y Obama, buscando apoyos para ver si de verdad tienen los votos necesarios. Un sondeo difícil, considerando que algunos ilustres cofrades votantes son capaces de prometer su apoyo a los tres candidatos por separado sin ningún tipo de problemas.

Unas elecciones cofradieras con tres candidatos se prestan al juego del divide y vencerás, de modo que el tercero en discordia se puede aprovechar. Al haber dos candidatos procedentes del actual Consejo, en teoría los apoyos oficiales se dividirían, pero este es un planteamiento simple: están divididos desde hace tiempo, como es público y notorio. Tampoco hay que descartar que alguno se retire al final, o se unan dos candidaturas. Es un procedimiento habitual, que a veces rompe los pronósticos, cuando uno de los aspirantes ya sabe que no ganará y, al menos, le queda la opción de arrimar algunos votos a cambio de la vicepresidencia. Todos estos tejemanejes se dejan para más adelante. Estar en el Consejo, en teoría, no le gusta a ningún cofrade, pero cuando llega el momento se ve que hay gente dispuesta al sacrificio, unos impulsados por quienes de verdad les apoyan y otros porque les va la marcha de San Gregorio.

Hoy por hoy estas elecciones, a más de cuatro meses vista, no deberían distraer. Lo más sano y coherente sería abrir un paréntesis en la precampaña hasta el Lunes de Pascua.

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