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La tribuna

Miguel ángel Castro

Prejuicios y perjuicios

UNA de las paradojas del sistema judicial español es que siendo muy garantista con la presunción de inocencia de los investigados puede provocar, por su lentitud, que la sospecha de culpabilidad prolongada en el tiempo provoque daños irreparables en personas e instituciones.

Los prejuicios, todo aquello que antecede al juicio formal, pueden tornarse en graves perjuicios para quienes aguardan meses y años que la Justicia aclare si delinquieron y/o tienen alguna responsabilidad. Mientras tanto se exponen a padecer la pena de telediario, condena mediática que suele ser el principio de otro castigo mayor, la conocida como pena de Google, que en muchos casos puede convertirse en cadena perpetua digital.

Otros factores que agravan la situación, junto a la carencia de recursos de la Justicia, es la desconfianza social ante la avalancha de casos de corrupción y el uso y el abuso que hacen algunas personas o corporaciones del Código Penal para erosionar el prestigio y reputación de quienes no convergen con sus intereses particulares.

Sirva esta introducción para contextualizar el reciente caso del Consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, denunciado penalmente por el Colegio de Arquitectos de Sevilla (COAS) por unos hechos ocurridos durante su etapa de vicerrector de la Universidad de Sevilla (US) y relativos al encargo del proyecto arquitectónico del Centrius (Centro de Transferencia e Investigación de la US), que se construye en la Isla de la Cartuja. Vaya por delante mi total confianza en la honradez y honorabilidad del profesor Ramírez de Arellano.

El Colegio de Arquitectos de Sevilla nos ha interpuesto ocho pleitos en los últimos años. Siete de ellos se han resuelto de forma favorable para la Universidad y confío que el octavo, puesto en manos del TSJA por el Fiscal, aclare también que la US actuó conforme a Derecho.

En la denuncia contra el profesor Ramírez de Arrellano lo que se pone en cuestión no es la actuación personal del denunciado, sino la correcta actuación de la Universidad de Sevilla. No es un tema de posible corrupción política, ni es un asunto de la órbita de la Junta, sino que se dirige contra nuestra centenaria institución.

Por este motivo expreso mi absoluta confianza en la honorabilidad, buen hacer y ejemplar actuación de los miles de empleados de la Universidad de Sevilla; en particular, de los servicios administrativos y técnicos de los diferentes órganos relacionados con las actuaciones investigadas.

La US posee una estructura organizada y unas reglas de funcionamiento completamente definidas. En ella, los vicerrectores sólo actúan por delegación de firma de los rectores, y cada uno de los órganos administrativos posee funciones concretas y claramente perfiladas.

Tras conocer el inicio de la investigación por parte de la Fiscalía del TSJA, la US ha mostrado la mayor disposición para suministrar cuanta información sea necesaria, realizar las declaraciones que correspondan y colaborar para el rápido esclarecimiento de los hechos denunciados, no habiendo sido llamados hasta el momento para ninguna actuación.

Reitero nuestra total disposición a colaborar con el TSJA para resolver cuanto antes este asunto. Es fundamental y necesario que no se genere una sombra general de duda contra nuestra institución, que prevalezca la presunción de inocencia de todo su personal y se defienda la honorabilidad de nuestra Universidad y de todos sus empleados durante el desarrollo de las actuaciones.

La US trasciende a las personas, en general, y a las cuestiones coyunturales, políticas o económicas, en particular. Se fundó mucho antes de que Cervantes concibiera el inmortal Quijote y sólo unos pocos años después de que Colón pisara América. Merecemos un trato acorde con lo que representamos y aportamos a la sociedad. Convencidos, además, de que no hemos incurrido en ninguna responsabilidad penal.

Esperamos diligencia judicial y respeto a la Universidad de Sevilla y sus empleados. Ofrecemos con lealtad institucional nuestra entera disposición a que pregunten, miren, e investiguen lo que precisen. Pero, por favor, que sea rápido. Nuestra reputación está en juego.

No es mejor un mundo en el que la sombra de la duda deje en penumbra lo que debería alumbrar un futuro mejor. No es mejor un mundo basado en el lema denuncia y vencerás porque la llama del prejuicio provoca a veces graves injusticias, graves perjuicios.

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