La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Con Proust en la Casa de los Artistas

2022 es, en literatura, el año del centenario del 'Ulises' de Joyce y de la muerte de Proust

No voy a resucitar las viejas disputas entre las artes para dirimir cual sea la más importante, o incluso qué lo sea o qué no lo sea, que se remontan a la antigua Grecia y han producido a lo largo de los siglos sesudos estudios, episodios grotescos de combates entre las musas y clasificaciones que ya no tienen sentido. Y he dedicado toda mi vida profesional al estudio, la programación, la crítica y la enseñanza del cine. Por eso lo que voy a confesarles a continuación no tiene sentido, lógica ni coherencia: me tienta considerar la literatura superior al cine. Tal vez hable desde la nostalgia de quien ya no puede ver películas en cines dignos de tal nombre mientras puede seguir leyendo novelas y ensayos en libros. Tal vez hable desde el recuerdo de la profesora francesa de piernas espectaculares que nos leía, sujetando el libro con una sola mano, mientras paseaba entre las bancas de mi colegio público francés tangerino. O quizás desde otros recuerdos: el de mi madre leyéndome en una butaca junto a la chimenea o mi padre, con sus libros y periódicos a cuestas, leyendo en la terraza del Café de París de Tánger mientras yo me dedicaba a mis Tintín o Capitán Trueno.

Pero vamos a lo que vamos. 2022 es, en literatura, el año del centenario del Ulises de Joyce y de la muerte de Proust, de cuya En busca del tiempo perdido aún quedaban tres volúmenes inéditos. Uno y otro, con aportaciones tan gigantescas como opuestas, abrieron nuevos horizontes a la literatura. El de Joyce es quizás el libro más influyente menos leído (al menos entero) de entre las obras maestras del siglo XX. El de Proust es, por el contrario, una experiencia tan honda y a la vez tan deliciosa que cada volumen de los siete que componen su frágil, delicada y a la vez monumental obra piden ser leídos una y otra vez. Quizás porque lo descubrí una ya muy lejana primavera de 1969, muchas tardes sentado en el patio de la Casa de los Artistas, en la edición de Alianza comprada en la siempre recordada librería Montparnasse del querido y nunca olvidado André Duval, releo uno u otro volumen cada marzo.

No deja de ser significativo que nunca se hayan podido filmar estas obras de Joyce y Proust, pese a que este respete una trama con personajes. Visconti lo intentó durante años sin lograrlo. Schlöndorff y Raúl Ruiz lo hicieron y se estrellaron. Pero no volvamos a la estéril disputa de las artes.

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