RAJOY, que es gallego, abre y cierra Andalucía. El líder del PP abrió anoche la campaña de las elecciones municipales y autonómicas en Huelva y Sevilla, y casi también las cerrará en la comunidad. Tal es la importancia que el PP nacional le ha dado a la cita del 22-M como prólogo a lo que entienden que será una victoria del propio Rajoy y de Javier Arenas en las elecciones generales y autonómicas de marzo de 2012. El secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, lo admitió ayer sin tapujos: estos comicios son "el termómetro del cambio en Andalucía". "El debate de esta elecciones es la salida de la crisis, y el 22-M están dos políticas en juego, las de Zapatero o las del PP", aseguró Sanz.

Rajoy volverá el jueves 19 de mayo -la jornada anterior al cierre de campaña- a Córdoba, Málaga y Cádiz, aunque su principal acto de ayer fue el de Sevilla y es que la capital hispalense es junto a Castilla-La Mancha los dos lugares donde los populares van a concentrar sus fuerzas, porque se considerarían dos victorias singulares en unas elecciones atomizadas en miles de municipios y todas las comunidades autónomas, menos las históricas.

Los socialistas, por el contrario, han emprendido la campaña con un enfoque muy diferente: en el 22 de mayo -se oye en su cuña radiofónica- no se trata de cambiar el mundo, sino tu mundo. La ciudad, el pueblo, el barrio. La globalidad del PP frente a la municipalidad del PSOE; esos serán los dos puntos de vistas para esta campaña que finalizará dentro de tres domingos cuando están llamados a las urnas 6.275.934 andaluces, entre los que hay unos 80.000 extranjeros.

El PP lleva las encuestas a favor en las grandes ciudades y, en su contra, una posible euforia que sus líderes quieren conjurar. Ya se lo advirtió ayer el secretario de Política Institucional del PSOE, Gaspar Zarrías, desde Almería: "El PP sufrirá una indigestión el día de las elecciones". No fue por euforia, sino, según el PP, por un fallo de la empresa Sundis, que ciudades como Sevilla y Huelva aparecieron con cartelería electoral que tuvo que recoger ante al orden de la Junta Electoral.

Los socialistas arrancaron la campaña en Huelva, donde su secretario general, José Antonio Griñán, acompañó a la aspirante Petronila Guerrero. Como Arenas, Griñán también hará campaña durante estas dos semanas en caravana y participará en medio centenar de actos. El PSOE cuenta con Felipe González para cerrar la campaña en Sevilla, y además con varias visitas de Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Finalmente, la presencia del ex presidente Manuel Chaves, con sus 20 años de presidencia de la Junta a sus espaldas, se reducirá a cuatro actos en Almería, El Puerto, La Carolina y Antequera. Excepto en esta última ciudad malagueña, donde se presenta Rosa Torres, los socialistas tienen escasas posibilidades de gobierno. No va a ser Chaves, desde luego, la estrella del PSOE andaluz.

Zapatero que, en principio, iba a participar en dos actos, ha suspendido el de Jaén, y sólo estará en Sevilla en apoyo de Juan Espadas, a quien ayer la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) le dejó abierta toda la campaña al no asegurar la mayoría absoluta a su contrincante.

Hay un dato que, sin embargo, ni Antonio Sanz ni nadie en el PP se atreve a señalar: si la campaña de las municipales es un termómetro, qué grado mide la victoria. El PP da por hecho que podrá gobernar en todas las capitales, en muchas ciudades del interior donde ahora no tiene el sillón de la alcaldía y en dos o tres diputaciones, pero no ha explicitado que su reto es ganar por votos al PSOE. Eso sí marcaría un dato casi definitivo para lo que pueda ocurrir en marzo de 2002, pero los socialistas nunca han perdido unas locales en Andalucía desde las de 1979 que fueron para la UCD.

Fue desde Huelva desde donde José Antonio Griñán contestó a esa misma cuestión: la del grado que marcará la victoria. El presidente de la Junta dio por hecho que seguirán ganando en número de votos y de concejales, una victoria global, aunque "sin entrar en detalles", que fue lo que contestó Serrat cuando le preguntaron por el curso de su reciente enfermedad. "Bien, pero sin entrar en detalles". Pues eso.