PRIMER lunes de septiembre para que la ciudad salga de su letargo y recobre el pulso que proporciona la normalidad. Me refiero al letargo que conlleva el verano, no al habitual de una ciudad aletargada y que tantas ventajas le da a sus competidoras. Bilbao, Valencia, cuidado con Zaragoza y Málaga, se las aviaron para mostrarle la matrícula a esta Sevilla aletargada que en este lunes volverá a latir al compás de los atascos de tráfico, de las algaradas en protestas más o menos justificadas y en el fluir de gente por sus calles camino de no se sabe dónde. Ya está el toro, negro y astifino, en la plaza, el sesteo pasó y hay que afrontar la dura realidad de otro otoño, pero no uno más, sino que el que llega aparece como el más complicado de cuantos recordamos. En el corazón de la crisis, el tiempo vacacional se fue y da paso en este primer lunes de septiembre a la dura, cruda, negra y realísima realidad que nos acongoja.