LOS Emmy han hecho justicia con Breaking Bad. El drama de Vince Gilligan arrasó en la entrega de premios (seis estatuillas) haciendo honor a dos fórmulas que significaron una renovación en el concepto: la evolución del personaje y la conexión emocional con el espectador. Su triunfo ha eclipsado a otras candidatas que se fueron con un sabor agridulce del Teatro Nokia de Los Ángeles; pero merece la pena recordarlas porque esconden muchos otros méritos:

Modern Family (ABC). Reconocida hasta cinco veces como la mejor comedia, la sitcom familiar de Steven Levitan y Christopher Lloyd funciona gracias a un humor políticamente incorrecto que propicia historias divertidas y diálogos inteligentes durante la narración del día a día de varias familias, y donde destaca Sofía Vergara como una de las protagonistas.

Fargo (FX). La mejor miniserie, según la Academia, es una adaptación televisiva de la película homónima de los hermanos Coen. Una primera temporada de diez episodios con varios guiños al filme, pero donde la historia diverge para mezclar unos personajes magnéticos con un ritmo incesante que aúna suspense y belleza visual. Soberbios Billy Bob Thornton y Martin Freeman en sus papeles.

The Normal Heart (HBO). El director de American Horror consiguió el reconocimiento al mejor telefilm con esta historia íntima y personal del guionista Larry Kramer. Una desgarradora experiencia que traslada a la pantalla la época de mayor virulencia del sida, años en los que la sociedad norteamericana ignoraba todo acerca del VIH. Con un elenco capaz de emocionar, The Normal Heart se ha convertido en una poderosa obra.

American Horror Story: Coven (FX). Ryan Murphy sabe a lo que juega con esta saga terrorífica que se esfuerza más por provocar el pavor psicológico antes que el emocional. Jessica Lange es a Murphy lo que Helena Bonham Carter a Tim Burton, su musa. Esta tercera entrega rescata una historia madura y tétrica sobre la brujería en América, salpicada por momentos puntuales de sangre y gore que ponen los vellos de punta.

Sherlock (BBC). Benedict Cumberbatch y Martin Freeman forman una de las parejas más eléctricas de la pequeña pantalla, y esa química fue reconocida en los Emmy. La moderna actualización del mítico Sherlock Holmes camina con férrea salud por un trabajo fotográfico sobresaliente y un guión tan intelectual como el nivel que ha demostrado su protagonista en las tres temporadas emitidas.

Veep (HBO). Julia Louis-Dreyfus es más que suficiente para quedar fascinados con esta hilarante sitcom sobre la vicepresidenta de EEUU. Destreza en las conversaciones y ritmo para encarrilar una sátira al sistema político mediante una atractiva historia.