La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Rectificando, esto se hace interminable

Pendulazos, rectificaciones, mascarilla sí, guantes no, hoy te quiero más que ayer, ya es primavera en el Cortinglés y así vemos pasar los días, la vida, mientras se alarga este suplicio del estado de alarma. Y dentro de esta serie de cambios, prohibiciones, demás parientes y afectos, en este tercer jueves de mayo llega una nueva obligación, la de llevar mascarilla por la calle de forma ineludible. La mascarilla como complemento inexcusable en el uniforme de calle tras haberse caído del cartel los guantes, que, por lo visto, causaban más perjuicios que beneficios. La cosa está en rectificar, que rectificar es de sabios sin que se caiga en la cuenta de que es más sabio el que necesita rectificar en menos ocasiones. Y así vamos camino de no se sabe dónde mientras los psiquiatras se estarán frotando las manos pensando en ese día después en que las cabezas se prevén alborotadas.

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