Exceptuando los nefandos Miércoles Santos de 1932 y 1933, treintaisiete años llevaban las cofradías de este día saliendo sin impedimento alguno. Ya era 1958 y en el barrio hizo furor entre la chavalería que las Siete Palabras iba a poner en la calle un palio con la Virgen de la Cabeza. Y un servidor se hizo hermano junto a un puñado de chiquillos del barrio para una cuenta atrás llena de ilusión, que ni a pensar que aquello se fuera a frustrar. Me vistió mi madre y a la parroquia cuando el celaje fue oscureciéndose, pero como llevaba treintaisiete años sin llover... A las seis cayeron las primeras gotas y a la hora prevista aquello era el diluvio universal. La cofradía no salió y Alfaqueque arriba llegué a mi casa de Goles como una sopa para que, a portagayola, mi padre me dijera solemne: "Niño, lo tuyo es la Virgen de los Reyes". Treintaisiete Miércoles Santos sin llover y...
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