Arrancó la Bienal y a mi cabeza se viene un aluvión de recuerdos. Desde aquella primera edición en el 80, innumerables momentos vividos y que resucitan en la memoria así que cada dos años se le da el pistoletazo de salida a una nueva edición. Y como recuerdos más lejanos figuran las tertulias en aquella especie de manicomio que era el despacho de Pepe Ortiz, el director del Lope de Vega. Tertulias interminables con la voz de Blázquez como batuta mientras templaba la Paquera su torrente o Naranjito guardaba turno para sus gorgoritos. Recuerdos de un Camarón espeluznante de cuando cantaba bien de verdad recién salido de los pechos de Paco Lira en La Cuadra. O aquella noche en que el Beni entabló un diálogo surrealista con el canario que dormitaba en su jaula del hotel Triana. Una nueva Bienal echa a andar hoy, pero aquel tiempo tan vivido...