Vuelta la burra al trigo y el señor cura a sus misas. Opción asaz recurrente la de intentar comprender por qué el Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié, padece esa monumental sangría de goles en contra. Y ahora se anda en la tarea de urgir fichajes cuando de la forma de jugar que impone su entrenador ni siquiera con el inconmensurable tándem Ramos&Piqué se abortaría en su totalidad el problema, se paliaría si acaso.

Falla el sistema defensivo en su totalidad a pesar de cómo se mata a correr el primer eslabón de la cadena. Conviene recalcar que la defensa de un equipo de fútbol empieza en el punta más adelantado, cuánto es el caudal de juego que tapona en el inicio de las escaramuzas rivales. Sergio León marca goles, pero no es ese delantero parásito del juego de sus compañeros, sino que corre todo lo que puede en pos de ser la primera piedra de la cimentación del equipo. Pero no basta...

Dijo tras el partido el segundo de Setién que el partido se perdió en ataque, que no salió a relucir la valentía que se necesitaba para ganarle al mejor equipo del mundo. Y si no es el mejor del mundo, sí cobija bajo su pabellón al mejor futbolista de cuantos parió madre. La explicación de Sarabia es difícil de entender, o él no la explicó suficientemente. Para el común de los mortales no hay la menor duda de que el talón de Aquiles del Betis está en los cimientos, no en el ático.

No creo que sean tan malos los defensas del Betis como para que su sistema defensivo sea tan deficiente. Repaso alineaciones y veo cómo con futbolistas de nivel parecido o inferior, se toman menos goles. Sí debería explicarse desde el cuerpo técnico por qué toda pelota perdida a cincuenta metros de Adán lleva veneno en sus entrañas. ¿Fichar es la solución? Quizá si se tratase de Ramos y Piqué tendría un pase, pero creo que no es el hombre sino la desprotección el problema.