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Regreso a 2009

Caída del PIB sin parangón, déficit desbocado y deuda pública en cifras récord, de nuevo con el PSOE al mando

En la última semana el Instituto Nacional de Estadística y el Banco de España han certificado los pésimos datos de la contabilidad nacional, el déficit público y la deuda de las administraciones de 2020.

Vivimos un momento económico crítico, que tiene su origen en el shock pandémico pero del que no se puede obviar el factor que genera la gestión gubernamental.

Aunque el INE corrigió en dos décimas los datos avanzados hace dos meses, la economía española cayó en 2020 un 10,8%, lo que sigue suponiendo el peor dato de la serie estadística histórica, que se inició 50 años antes, en 1970. Un retroceso del Producto Interior Bruto nunca visto desde el final de la Guerra Civil.

La proporción en la que se ha contraído la economía es casi la misma en la que de ha disparado el déficit público, hasta alcanzar el 10,97% del PIB.

Y la deuda de las administraciones públicas han crecido en un año de forma exponencial. El Banco de España ha certificado que alcanzó el 120% del PIB y que está en 1,35 billones de euros.

Para irnos a cifras de déficit en el entorno del 11% hay que remontarse a 2009, el primer año completo de la Gran Recesión, aunque en ese ejercicio el retroceso del PIB se quedó en el 3,2%.

Sin duda todo este balance no puede desligarse de los efectos económicos generados por una crisis sanitaria global que no tiene un precedente similar en el último siglo. Pero cómo se gestionan las crisis es tan importante, incluso más, que el origen de las mismas. Y en España empieza a sonar la misma música que en 2009, aunque la letra hoy sea distinta.

La gran diferencia es el impacto en el empleo, porque la aplicación de los ERTE ha amortiguado un crecimiento del paro mucho peor. Pero los ERTE no pueden ser eternos. Es un gasto público insostenible de forma indefinida. Y cuando se retiren habrá que medir si se ha logrado o no evitar una sangría en el empleo.

Porque además, el mercado laboral sigue teniendo los mismos problemas crónicos: dualidad y paro juvenil, como acaba de recordarnos Bruselas, que no es que defienda mantener la reforma laboral, sino que señala que hay que profundizar en ella para solventar esas debilidades.

Como decía, son muchas las similitudes con 2009. También que al mando del país, de su Economía, está un Gobierno del PSOE, con el matiz de que el actual está en coalición con UP, pero sin competencias en lo económico. Gastar sin control y subir impuestos a las clases medias son sus recetas habituales. Para ver las consecuencias sólo hay que recordar 2009, 2010 y 2011.

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