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LA TRIBUNA ECONÓMICA

Rogelio / Velasco

El Reino Unido en Europa

EL Reino Unido mantiene un banco central y una moneda propia. Adicionalmente, y como consecuencia de las condiciones de adhesión a la UE en la época de Margaret Thatcher, su contribución a las arcas comunitarias es nula. El denominado cheque británico devuelve al país las contribuciones que, en teoría, debería realizar a la UE, por su PIB y por su estructura productiva. El Reino Unido es el país menos comprometido. Ellos lo han elegido y los europeos hemos consentido las condiciones de adhesión, especialmente en lo que respecta a los compromisos fiscales. Hay otros casos (Suecia, Dinamarca) en los que los países mantienen su moneda y, por tanto, su política monetaria. Pero contribuyen a las arcas comunitarias de acuerdo con su peso económico.

La difícil situación en la que se encuentra el Reino Unido después de los acuerdos de la pasada semana deriva de las causas que han originado la crisis internacional y del peso económico que las finanzas -la City de Londres- tienen en la economía británica.

El origen de la crisis financiera internacional y del sector real provino de la extraordinaria emisión de productos derivados, muy apalancados en activos subyacentes y en otros activos financieros, cuyos valores se precipitaron y arrastraron a una situación de pérdidas a grandes bancos y otros intermediarios financieros. Al contrario de lo que se mantenía, no contribuyeron a diversificar riesgos. Por lo demás, los productos no estaban regulados, con lo que las autoridades monetarias y financieras apenas tenían control sobre su volumen, orígenes, etcéte ra.

Las autoridades comunitarias quieren, razonablemente, establecer unas nuevas reglas del juego para que las economías no vuelvan a sufrir una crisis por la falta de control sobre determinados productos y mercados financieros, que pueden arrastrar no sólo al sector financiero sino también a los reales de los países de la UE.

En la actualidad la UE está elaborando hasta 49 medidas para aumentar el grado de control financiero de los mercados, con importancia relativa diversa. Una tasa Tobin sobre las transacciones creemos que sería repercutida finalmente en los servicios que se presten. El que la Autoridad Bancaria Europea o la cámara de compensación sigan en Londres o se trasladen, creemos tendría sólo una importancia relativa.

Lo que sí dañaría a la City, sería la prohibición o autorización con muchas restricciones de determinados productos derivados y de operaciones a corto, que representan buena parte del negocio de la City. Esos mercados se reducirían extraordinariamente.

La preocupación del gobierno británico deviene del peso económico de la City. Esta aporta más del 10% del PIB (algo así como todo el turismo para España). Representa el 36% de todo el sector en la UE y el 60% de las transacciones financieras. A nivel mundial, los principales mercados de divisas y de productos derivados, se encuentran en Londres.

A tan sólo 45 kilómetros de sus costas y con más del 60% de sus relaciones comerciales, el Reino Unido está destinado a seguir en la UE. No hay lugar en el mundo para este país fuera de Europa.

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