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Relevo en el Arzobispado

Ha dado la sensación de que Gómez Sierra se ha tapado su valía, por alejarse del protagonismo

La Santa Sede hizo público ayer el nombramiento de Santiago Gómez Sierra como obispo de Huelva. Desde 2011 era el obispo auxiliar de Sevilla. Este cambio tiene repercusión para el Arzobispado. La rumorología apuntaba el nombramiento de un coadjutor, con derecho de sucesión del arzobispo, Juan José Asenjo, que presentará su renuncia por edad en octubre. Sin embargo, el mismo arzobispo explicó ayer que no solicitará otro auxiliar, para no condicionar, y que no vendrá un coadjutor para pocos meses. Los pronósticos para la sucesión siguen apuntando al actual obispo de Bilbao, Mario Iceta. Ese favoritismo no aporta seguridades. En la Iglesia, las sucesiones dependen de factores varios.

En los últimos días se había planteado la posibilidad de que el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, fuera nombrado para las diócesis de Ibiza o Huelva. Estaba en Sevilla, llegó de Córdoba, y el premio le ha correspondido a los onubenses. Allí tendrá, entre otros ámbitos jurisdiccionales, el Rocío. Y escribo premio porque será un gran obispo de Huelva, diócesis que mantiene vínculos históricos y comunes en la religiosidad popular con Sevilla. Quizá pueda parecer un destino menor para él (con todos los respetos para sus feligreses), porque en algún momento también sonó para ser arzobispo de Sevilla.

¿Podría haber sido un buen sucesor de Asenjo? Estoy seguro de que sí. El obispo auxiliar Santiago (como se le llama en las misas) se ha caracterizado por la discreción y el afán de servicio. No ha buscado el primer plano y hacía lo que tenía que hacer, con fidelidad a su arzobispo. Venía condicionado por presidir Cajasur, donde cumplió una misión delicada para él, que no era un banquero, sino un hombre de Iglesia. Ha dado la sensación de que Gómez Sierra se ha tapado su valía, por alejarse del protagonismo. En Huelva han tenido mucha suerte con el nombramiento.

El arzobispo Asenjo cumplirá su mandato en Sevilla con el esfuerzo que está haciendo en los últimos meses, a causa de sus achaques. Eso forma parte de su servicio a los feligreses. Algunos lo recibieron de cualquier manera, hasta que lo han entendido. Asenjo ha dado todo por Sevilla, en contra de lo que apuntaron quienes decían que venía a promocionarse para ir a Madrid. No era cierto y se ha visto.

El sucesor llegará cuando le toque. A pesar de que las apuestas tengan como favorito a Mario Iceta, Sevilla es parte de un proceso renovador de la Iglesia española. Un puzle, en el que deben encajar varias piezas, con diócesis difíciles para el pastor, ante la complejidad de un rebaño arisco.

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