Ala Reina le gustó 23-F el día más difícil del Rey, la serie del año. Con lo bien que estaban todos los de su familia, la quieren enmarcar. Es un retrato que no lo mejora ni Goya, que fue el que pintó a la parentela de Carlos IV. Este 23-F de la redención juancarlista se ha forjado en Cataluña, donde igual se queman fotos como se trazan hagiografías sin pudores. Todo por la pasta. El nacionalismo de la billetera. La miniserie del duelo Homar y Caba frente a Galiardo y Sancho ha tenido mucho de remordimiento político, de compensación por estos años de sarampión republicanista-pueril. Jo, hasta el diálogo telefónico entre don Juan Carlos y su padre parecía surgido de un culebrón epopéyico. 23-F el día..., algo claustrofóbica y limitadita de medios, pero llevada muy correctamente, ha sido una facilona lección de Educación para la Ciudadanía para, al menos, hacernos una idea de lo cerca que se coqueteó con un desastre nacional del que nunca nos hubiéramos recuperado.

El otro tema televisivo de la semana fue el del parricida jeta que quería darse una vuelta al mundo en Antena 3. La cadena de Planeta, abochornada, y que instó a tratar con sensibilidad la pifia, mandó el asunto al córner, pero ahí estaba Telecinco para recoger el bulto del suelo. El viernes, contra Mayte Zaldívar en DEC, los de La noria se sacaron de la manga un debate sobre "menores parricidas". Reunieron una mesa de invitados bastante completa y hubo momentos interesantes. Pero lo más lamentable es ese oportunismo amarillento traído de las orejas. El programa dio altavoz a algún abogado, como el de los que quemaron a una indigente en el cajero, que levantaba arcadas por su cinismo. El cinismo que late en la actitud de menores psicópatas que de mayores siguen exigiendo manga ancha. Podemos caer más bajo.