Respirar en Sevilla

Ningún alcalde ha sido capaz de terminar con el despropósito que soporta un peatón en la calle Águilas

La peatonalización del casco antiguo de Sevilla es objeto de polémica desde el siglo pasado. No voy a insistir en los escándalos que montaron con las restricciones del tráfico en la Avenida, la Plaza Nueva y la calle Tetuán. Los más viejos del lugar (e incluso algunos jóvenes no tan jóvenes) recordarán que la Plaza Nueva era como una estación de autobuses de Tussam, que pasó a la historia, aunque ahora aparca allí el tranvía del Metrocentro. Sin embargo, a pesar de los pesares, y de todos los planes, hay calles insoportables, que resisten la batalla contra el tráfico en el centro y que son un insulto contra el peatón: por ejemplo, las calles Águilas, Muñoz y Pabón y San José. La entrada del tráfico desde la Puerta de Carmona y la salida a la Puerta de la Carne son caóticas.

Me voy a fijar especialmente en la calle Águilas. Es un sinvivir comprar dulces y pastas en el convento de Santa María de Jesús, o visitar la Casa de Pilato. Ni Rojas-Marcos que acabó con los coches en la calle Tetuán, ni Soledad Becerril, ni Monteseirín, ni Zoido, ni Espadas, ni Muñoz, ni nadie… Ningún alcalde ha sido capaz de terminar con el despropósito que soporta un peatón en la calle Águilas. Allí existe una carretera de entrada de coches, furgonetas y otros vehículos hasta el centro. Según datos incluidos en un reportaje que publicó Juan Parejo, el 18 de enero entraron 8.019 vehículos desde la Puerta de Carmona al centro. La mayoría pasaron por esta calle. Allí existe una acera que roza lo intransitable, por su estrechez y su mal estado, una acera minúscula. La desproporción del tamaño deja claro que el peatón (y la peatona) son allí los últimos en el escalafón para transitar.

Es cierto que, si se cierra al tráfico la calle Águilas, el acceso a la zona de la Alfalfa resultaría muy dificultoso. No existen buenas alternativas. Es la principal vía de acceso desde la Puerta de Carmona al centro histórico para los vehículos de residentes, servicios, repartos, etcétera. Además de motos, bicicletas, patinetes y otros objetos no identificados. Pero también es el principal acceso desde la Puerta de Carmona al centro histórico para las personas humanas, que se juegan el tipo.

El Plan Respira se supone que reducirá la circulación, aunque "garantizando la accesibilidad de residentes y usuarios de garaje, favoreciendo el acceso a los centros educativos y la carga y descarga, contribuyendo a la dinamización de la actividad comercial, hostelera y turística y priorizando la circulación de los vehículos de personas con movilidad reducida". Esto es lo que han anunciado, convirtiendo a este Plan en algo así como la panacea universal. A ver qué pasa. Hay calles sin resolver. ¿En la calle Águilas se respira? No, allí se suspira, entre salto y salto.

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