Visto y Oído

Antonio / Sempere

Responsable

EL programa Somos cortos, de La 2, acaba de emitir su entrega número 100. Nació en 2010 con la intención de divulgar el formato corto, aunque, en mi humilde opinión, apenas haya logrado sus objetivos. Empezando por la hora de emisión. No creo que las 2 de la madrugada sea la hora más adecuada para un programa divulgativo que pretenda captar fieles. Siguiendo por el cuestionamiento de sus contenidos. En contra de lo que podría pensarse, Somos cortos no toma la temperatura del estado del formato. Quien quiera saber qué ocurrió en la última edición de la Semana de Cine de Medina del Campo, donde se presentaron trabajos en riguroso estreno; quien desee conocer el palmarés de la amplísima sección de Videocreación del reciente Festival de Málaga, o quien, en definitiva, quiera conocer la agenda de festivales, no encontrarán lo que buscan. Tendrán que hacerlo en otra parte.

La atemporalidad de que hace gala Somos cortos, unido a unas presentaciones y entradillas a menudo desconcertantes, a las que mata ese afán por primar lo moderno antes que lo eficaz, terminan por hundir esta iniciativa. Que ahora cumple 100 programas, aunque comenzase hace 200 semanas (lo que demuestra cómo el ritmo de emisiones también ha tenido muchos altibajos). Sé que todo esto no va a sentar bien a su director, Francesc López, a quien conocí de la manera más casual durante una comida en el Festival de TV de Vitoria. Estábamos sentados uno al lado del otro, sin ponernos nombre. Durante aquella conversación él me convenció sobre las buenas intenciones del programa, e incluso justificó su enfoque y su opción estética. Pero por más que lo sigo, no termino de sacarle punta. Lo seguiré intentando.

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