cuchillo sin filo

Francisco Correal

Rifé, Gallego, Eladio

TODO habría sido distinto si hubieran dejado que Serrat cantara el La, la, la en catalán en el festival de Eurovisión. El sábado leía el periódico en el Vips del aeropuerto de Málaga. A mi lado se fueron sentando un grupo de jóvenes, todos ataviados con el mismo chándal. Eran del equipo de fútbol sala L'Hospitalet Bellsport, que iban a jugar a Melilla. Todos ellos hablaban en español. Uno, no sé por qué, se puso a silbar el Cara al Sol.

Hace justamente cincuenta años, el ingeniero y publicista Alfonso Carlos Comín viajó de Cataluña a Málaga, donde permaneció cuatro años. En la primavera de 1967, volvió a realizar otro viaje por Andalucía con el objetivo de publicar en la revista Triunfo una serie de trabajos sobre la realidad de esta tierra. El resultado también apareció en forma de libro con el título de Noticia de Andalucía en la Enciclopedia Catalana y en la Biblioteca de la Cultura Andaluza que coordinó Antonio Zoido, en este caso con un prólogo de Felipe González, que todavía era líder de la oposición.

Noticia de Andalucía debería ser libro de cabecera de Artur Mas para que lo consultara antes de emitir alguna de sus opiniones sobre unos ciudadanos que para nada le resultan ajenos. En los dos años siguientes a la llegada de Comín a Málaga, en 1962 y 1963, emigraron a Barcelona y su cinturón industrial un total de 90.266 andaluces. Comín cita una leyenda de Francisco Candel en Los otros catalanes: "Los andaluces han tomado Cataluña y los gallegos la Compañía de Tranvías".

La vida comunitaria de Torremolinos la asocia Comín con una canción de Pete Seeger, ¡Oh, Freedom! Lamenta que ninguna otra zona de España haya atraído tanto la atención de historiadores, escritores, "ensayistas de tres al cuarto o poetas sin imaginación" que hablan "con escaso sentido de la responsabilidad, por no decir sin rigor intelectual". Incluye la "teoría de Andalucía" que Ortega y Gasset publicó en El Sol, el periódico de la familia, de "el único pueblo de Occidente que permanece fiel a un ideal paradisiaco de la vida". Vergel utópico que refuta Comín: "De aquel ideal paradisiaco, ¿qué queda después del impresionante éxodo que está despoblando estas tierras de luz y de color?". "¿Dónde está Andalucía?". Anima a buscarla no sólo bajo Despeñaperros sino "en los suburbios madrileños o en los de Barcelona, en Hospitalet y en la ciudad satélite de Cornellá y en Tarrasa". Andaluces como "ejército de reserva de la expansión industrial de las zonas prósperas del país". Comín en 1967 hablaba de los que hoy son territorios más propensos al discurso nacionalista, a la mofa y escarnio de su mano de obra. ¿No le suena a Artur Mas esa precisión poética y mestiza de Rifé, Gallego, Eladio?

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