LA candidata de Más País a la alcaldía de Madrid, Rita Maestre, ha irrumpido en la campaña electoral con un lema atrevido que aventura un choque tectónico entre las derechas y las izquierdas, el alcalde José Luis Martínez-Almeida tiene razones para estar preocupado. Esto lo va hacer Rita es el eslogan que enlaza a la candidata con la cantaora jerezana Rita Giménez García, una estajanovista de los cafés cantantes de Madrid que siempre estaba dispuesta a lo que hubiese, a cantar, a bailar o a darse una pataíta por bulerías. La mujer no tenía horas ni final, su predisposición al trabajo ha adquirido este carácter de mito, eso lo va a hacer Rita.

Maestre es la ex podemita que en marzo de 2011 asaltó la capilla de la Facultad de Psicología de la Complutense en compañía de un nutrido grupo de feministas en tetas, al grito de ingeniosos improperios contra Benedicto XVI y la Conferencia Episcopal. Todo el mundo tiene derecho a la evolución. Rita, también. Como la Iglesia Católica.

Alberto Núñez Feijóo se equivocó en Barcelona, el candidato del PP se expresa mal, tendría que llevar escrito los pronunciamientos sobre asuntos tan delicados como el terrorismo islamista. También hay grupos que han matado en nombre del dios de los cristianos, y no hace siglos de ello como ha apuntado Núñez Feijóo, pero nadie asesina hoy por una viñeta guarra del Papa, un chiste verde sobre Jesucristo o una novela sobre los sueños que el ungido tuvo con María Magdalena. Esto sí marca una diferencia.

Más allá de los muros del Vaticano, no hay ningún país de mayoría cristiana cuyo régimen se sustente en una teocracia, como Irán, o en el carácter casi sagrado de sus dinastías, como pasa con las monarquías del Golfo. La diferencia es ésa, el cristianismo ha evolucionado a la vez que los propios estados, y es la madre de uno de esos motores del cambio, el humanismo.

El obispo Juan José Aguirre es un cordobés que ejerce desde hace algunas décadas en Bangassou, en Centroáfrica. Fue él quien tuvo que dar cobijo en su catedral a cientos de musulmanes porque iban a ser masacrados por una guerrilla cristiana, los anti-balakas. Éstos eran tan asesinos como los mercenarios musulmanes, los selekas, que habían llegado antes para hacerse con las ricas minas del país. Los anti-balaka los superaron en crueldad. En la última entrevista que Juan José Aguirre concedió a el Día de Córdoba decía esto de ellos: “Eran católicos, protestantes o de sectas, pero gracias a Dios casi todos están ahora en la cárcel”. Ésa es la almendra del asunto y lo otro, que lo haga Rita.