SI trágico es que nos roben el mes de abril (Sabina dixit), delictivo resulta que nos roben nuestra infancia. La película de la infancia respectiva es la cimentación de cada vida, el punto de arranque para una trayectoria que tiene sus picos hasta el mismo momento en que esos picos dejan de existir y la vida se convierte en un plano sin atractivo. Lo dijo antier noche ese genio desaprovechado que es Pedro Ruiz y lo denunció rebelado ante esa pretensión de robarnos la infancia y que en su querida Cataluña ya ha pasado de la simple pretensión para hacerse cruel realidad. Los toros forman parte de nuestra infancia, de la mía y de la de muchísimos coetáneos, por lo que resulta inadmisible que, invocando a un amor a los animales de mentira, una suerte de desaprensivos anden en la tarea inadmisible de dejarnos a una inmensa mayoría sin la base de nuestras vidas.